miércoles, 11 de abril de 2012

La Armadura Sagrada de Antiriad , versión para Amstrad CPC



La humanidad ha estado a punto de extinguirse tras cruentas guerras entre sí, volviendo a un estadio primitivo. Los hombres y mujeres de la tierra comen lo que siembran o cazan. La civilización, a pesar de haber sufrido un vasto retraso tecnológico, parece encontrarse en una especie de Paraíso terrenal. Pero lo idílico puede llegar a su fin, si los invasores alienígenas logran esclavizar a la especie humana. No podemos competir en tecnología con ellos, sólo en valor y coraje. Y tú, has sido elegido para encontrar la armadura sagrada, penetrar en territorio enemigo y volar por los aires la nave alienígena. ¿Serás capaz de salvar a toda la humanidad del peor de los destino? La esclavitud. Atrévete a luchar: “Antiriad”.



La banda sonora de este videojuego me parece todo un portento, transmite la sensación de grandeza y misterio que envuelve a la historia, como si fuera la música de una gran producción de Hollywood. Ahora es habitual que las bandas sonoras de los videojuegos sean equiparables a las de las películas —incluso alguno de los mejores compositores componen indistintamente para ambos medios audiovisuales—, pero en aquella época, donde el sonido era tan deficiente y los recursos tan limitados, no solo en los videojuegos, sino también en el cine, resulta sorprendente cómo se las ingeniaron para crear una banda sonora que, aún hoy, pervive en la memoria de muchos aficionados. 

Impresionantes gráficos para la época

La imagen de la portada también ha adquirido tintes iconográficos. A punto estuve, en la pasada  “Retro Encounter”  de comprarme una camiseta con la carátula estampada; ojalá me la hubiese comprado, porque ahora tengo un regusto amargo. Pues la idea de este videojuego, perfectamente reflejada en la carátula, es original cómo pocas. 

En “Antiriad” adoptamos el papel de un hombre prehistórico que debe enfundarse una armadura tecnológica para impedir una invasión extraterrestre. La idea es brillante y seductora. Y en su momento, revolucionaria. Recordad que estamos hablando de finales de los ochenta.

La preciada armadura

Pero este videojuego no solo destaca en el apartado musical, sino que presenta un aspecto gráfico envidiable. El personaje principal, vestido tan sólo con un taparrabos, está definido y es de gran tamaño. El movimiento es algo rudimentario, y jugado hoy, cuesta manejar los controles; sobre todo, cuando tratamos de saltar hacia delante. El detalle de que nos defendamos de nuestros enemigos, a pedradas, hasta, claro, conseguir la armadura, le da un mayor encanto a este clásico de los 8 bits. El diseño de los enemigos es algo tosco y reiterativo, no dejan de ser meros robots, en su mayoría. Jugado ahora, como ya he dicho, me resulta difícil, pero, en su momento, no tuve esa impresión.


El videojuego es de la misma compañía que desarrolló “Barbarian: el guerrero definitivo”, de ahí que no extrañe la calidad gráfica y el buen hacer en sus animaciones; lastima que, como dije, el movimiento de nuestro personaje sea algo lento y brusco. Aunque, probablemente, analizado hace más de veinte años, mi opinión sería más favorable en lo que se refiere a los controles. Pues lo recuerdo como un juego de movimientos fluidos y "realistas". Me encantaba  como lanzaba las piedras nuestro prehistórico personaje.


En “Antiriad” se mezclan elementos puramente arcades con un sistema de juego emparentado con las plataformas; incluso tiene cierto aire de videoaventura.

Los fondos son sencillos, pero consiguen transmitir la atmósfera que necesita cada uno de los escenarios que recorremos.

“Antiriad” es otro de aquellos videojuegos que entrarían, sin el menor género de dudas, en mi lista de los mejores videojuegos que se hicieron para los microordenadores de 8 bits, junto con “Ikari Warriors”, “Batman”, de Ocean; “Match day II”, etc. 

Amstrad CPC 6128
De todas formas, si queréis un emulador gratis y no sabéis cual, mirad este enlace de los compañeros de Amstrad Esp -uno de los mejores sitios para saber más del Amstrad y donde podréis encontrar gran variedad de títulos clásicos y nuevos; sí, la escena retro está viva, aunque cada vez más parada en el caso concreto de Amstrad.

En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.




2 comentarios:

  1. Sí, yo también sentí esa especie de explosión emocional cuando conseguí que el personaje se fundiera con la armadura. Una armadura con pinta de robot disparando y volando -casi como silevitara-, qué más se puede pedir con con 8 o 9 años -sino menos.

    Al respecto del C64 tengo que decir que era un ordenador que me fascinaba físicamente, y todavía recuerdo mi frustrada experiencia con él. Un vecino mío tenía uno -aunque estaba bastante desencantado porque sólo tenía un juego o dos, y era el único con ese sistema (Amstrad CPC había alguno más, pero no como Spectrum, que todo el mundo que conocía tenía uno)-, así que cuando consiguió un juego nuevo, me llamó para que subiera a su casa y lo probáramos. El juego no cargó, y nunca más volví a subir a su casa para jugar al C64; luego, se marchó del barrio y nunca más supe de un C64. Por eso, me hizo especial ilusión ver uno en la pasada Retro Encounter.

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  2. Sí, yo también sentí esa especie de explosión emocional cuando conseguí que el personaje se fundiera con la armadura. Una armadura con pinta de robot disparando y volando -casi como si levitara-, qué más se puede pedir con con 8 o 9 años -sino menos.

    Al respecto del C64 tengo que decir que era un ordenador que me fascinaba físicamente, y todavía recuerdo mi frustrada experiencia con él. Un vecino mío tenía uno -aunque estaba bastante desencantado porque sólo tenía un juego o dos, y era el único con ese sistema (Amstrad CPC había alguno más, pero no como Spectrum, que todo el mundo que conocía tenía uno)-, así que cuando consiguió un juego nuevo, me llamó para que subiera a su casa y lo probáramos. El juego no cargó, y nunca más volví a subir a su casa para jugar al C64; luego, se marchó del barrio y nunca más supe de un C64. Por eso, me hizo especial ilusión ver uno en la pasada Retro Encounter.

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