lunes, 16 de enero de 2012

Batman, de Tim Burton


Las películas de Christopher Nolan han eclipsado las dos interesantes versiones que en su momento rodó Tim Burton. Pues, aunque en su momento la película me decepcionó y me pareció de una calidad inferior a cualquiera de las obras en las que se basaba —“La Broma Asesina”, “Batman: The Dark Knight” o “Batman: año uno”—, he de reconocer que “Batman” está envejeciendo de una forma esplendida. No me extrañaría que, de aquí a un tiempo, se convirtiera en todo un clásico del séptimo arte. ¿Por qué? Pues porque las virtudes son mayores que los defectos y detrás de la cámara se encontraba un artesano y no un director con oficio.

 El guion tiene bastantes fallas y adolece de la intensidad necesaria para que temamos por la vida de Batman. Aunque todos sepamos que el héroe no puede morir, necesitamos sentir que quizá pueda ocurrir lo imposible y este pueda perecer en alguno de sus salvajes enfrentamientos contra los villanos y sus hordas de esbirros —al menos, mientras presenciamos la proyección—. De no ser así, notaremos la trampa y nos limitaremos a esperar, indiferentes, a que la palabra “Fin” aparezca en la pantalla. El ejemplo de lo que digo, se puede encontrar en “The Dark Knight”, rebosante de momentos inolvidables, de esos que te ponen la piel de gallina y te hacen estremecerte en la butaca.

La elección del protagonista generó mucha controversia en su momento —como ocurrió, sin ir más lejos, con Heath Ledger—. El tiempo demostró que Michael Keaton era una buena elección para dar vida a Bruce Wayne.

Batman parece, a veces, un hombre disfrazado, y no el mismísimo Batman. Nolan, al contrario que Burton, acertó con la forma de moverse y pelear del Hombre Murciélago, así como de la teatralidad que requiere la puesta en escena. Pero, claro, Nolan ya contaban con un precedente válido, mientras que Burton partía casi de cero.

La personalidad de Bruce Wayne apenas está desarrollada. Tampoco existen duelos interpretativos de altura, a pesar del magnífico plantel de actores.

Entre las virtudes de la cinta, se puede destacar, por encima de todo, la portentosa recreación de la ciudad de Gotham. Es tal su fuerza en pantalla, que uno la percibe como un personaje más dentro de la trama. Ni siquiera Nolan ha conseguido recrear Gotham City de un modo tan apropiado.

Y qué decir, de la mítica banda sonora orquestada por el genio de Danny Elfman.

Digno de mención, también, la forma de rodar de Burton. Componiendo planos prodigiosos y utilizando un montaje fluido, con reminiscencias del mejor cine negro; lo que dota a la película de un inmejorable aroma clásico.

Y por último, quizá lo mejor de “Batman”: la colosal interpretación de Jack Nicholson. Quien nos ofrece un Joker maravilloso que, por desgracia, todos se empeñan en comparar con el de Heath Ledger; siendo ambos acercamientos al villano excepcionales e incomparables.